Aparicio: mañana se realizará la carrera «Al tranco, por las escuelas rurales»
En un cuerpo humano es el corazón el que mantiene con vida al resto de los órganos. Si el corazón deja de latir, la persona muere. Si trasladamos esta obviedad a la vida de un pueblo, podemos decir, sin equivocarnos, que su corazón es la escuela rural.
Por cada establecimiento de este tipo que cierra sus puertas, una comunidad muere.
Por ello, dar a conocer la realidad de estas escuelas, sacarlas del anonimato, ponerlas en el mapa y crear consciencia sobre su impacto es una tarea necesaria que hunde sus raíces en un planteo ético: que todas las personas tengan derecho a la educación en el lugar donde viven, que no tengan que romperse familias para poder llevar a los chicos a la escuela.
Afín a esta necesidad de visibilizar a las escuelas rurales y su importancia en el desarrollo y fortalecimiento de los pequeños pueblos y parajes, autoridades y docentes del CEPT Nº 35 de Aparicio, (Coronel Dorrego) organizaron una carrera de 8K, para mañana, domingo 12, a las 10, con largada desde la puerta del establecimiento.
El secretario del establecimiento y docente de Educación Física, Marcelo Galli, contó a La Nueva. que se trata de la 3º edición de este evento que tiene como objetivo convocar a distintas personas, de distintos lugares, a conocer la importancia que tienen las escuelas rurales para el desarrollo de los pueblos.
“Algunas autoridades piensan si cerrar o no cerrar una escuela solo basadas en un número pero no comprenden que las escuelas son mucho que eso, son un espacio en el que las familias se reúnen y pueden plantear sus necesidades, discutir, debatir y generar proyectos. Son el brazo del Estado dentro de la realidad rural”, dijo.
La organización de este tipo de eventos, tiene que ver con esa defensa: comprender que cada escuela, más allá de su matrícula, es un centro de desarrollo de las comunidades.
“La mayoría de las veces cerrar una escuela es darle la estocada final a una comunidad. Y es algo que no todos visibilizan, y por eso, ven a estas escuelas como un gasto en vez de concebirlas como un potencial”, definió.
El costo de inscripción a la carrera es de 1600 pesos y los primeros 200 inscriptos recibirán una remera, un sándwich de cerdo y un vaucher. La inscripción se realiza por la página de Bahía Corre.
“Tuvimos mucha aceptación en ediciones anteriores, con más de 200 inscriptos, y estamos muy contentos y desafiados con esta nueva convocatoria”, expresó.
Además de la carrera, habrá una caminata organizada por la escuela La Aurora, la cual brinda su servicio educativo en un paraje cercano a Aparicio. La caminata será a la gorra o a través del aporte de un útil escolar para colaborar con la escuela.
También será una oportunidad para otras escuelas rurales de ofrecer servicio de cantina. Habrá venta de tortas fritas con te o café, de papas fritas y gaseosa y también se presentará un kiosco saludable con venta de barritas de cereales, semillas y limonada.
Se entregarán medallas finisher y trofeos para las distintas categorías y también para la general. El circuito será por caminos rurales y en campos privados, de baja dificultad.
Desde la organización invitaron a los corredores a participar con sus familias para disfrutar del evento deportivo y también de una jornada distinta en la que habrá stand de artesanos, música y espectáculos.
“Este tipo de actividades en las cuales la gente participa de una carrera por las escuelas rurales, va visibilizando estos entornos. El boca a boca y la participación ponen en el tapete nuestras luchas cotidianas”, dijo Galli.
Parte de esas luchas tiene que ver con que gran parte de las escuelas rurales no cuentan con las instalaciones adecuadas y hay limitaciones y trabas a la hora de conseguir el transporte para algunos alumnos. También hay dificultades en los caminos de acceso. Muchas veces llueve y los alumnos no pueden acceder.
“Si estas escuelas permanecen ocultas en el territorio, si nadie las ve, también pasan desapercibidas en la distribución de fondos y de logística. Si podemos visibilizar estas dificultades estaremos más cerca de generar que las autoridades se planteen ocuparse de estas problemáticas”, dijo.
El Centro Educativo para la Producción Total (CEPT) Nº 35, es un sistema educativo de alternancia de carácter público. Hay 35 en toda la provincia.
“Trabajamos en el medio rural, en educación agraria. La alternancia consiste en que los chicos pasan una semana con pernocte en la escuela y dos semanas en sus hogares con actividades que se acompañan por comunicación telefónica o mediante la visita de los docentes”, destacó Galli.
“La idea es fortalecer el arraigo en la zona rural para que las familias no tengan que desplazarse a los centros urbanos para que sus hijos reciban educación secundaria”, sostuvo.
Aparicio tiene 80 habitantes y en los alrededores hay otros 150, aproximadamente. Está a unos 45km de Coronel Dorrego, por ruta 3.
El CEPT Nº 35 funciona en el edificio de la ex Cooperativa Agraria, que se remodeló a tal efecto y tiene un radio de influencia de 400 km2.
A sus aulas asisten chicos y chicas no solo de Aparicio sino de Tres Arroyos, Indio Rico, Monte Hermoso y han tenido alumnos de Bahía Blanca y Cabildo. La matrícula es de 77 alumnos y crece cada año.
Los alumnos y alumnas cursan de 1ª a 7ª año y se reciben de Técnicos en Producción Agropecuaria.
La institución, con 10 años de antigüedad, no es una escuela agraria tradicional, que realiza las producciones en la misma escuela, sino que los docentes y alumnos visitan lugares y emprendimientos productivos para que los alumnos tengan contacto con proyectos reales.
“Nuestro fuerte es la explotación del olivo y fortalecemos esa actividad. Solemos trabajar en un predio que está emplazado en el camino que ingresa a Aparicio”, destacó.
Las actividades vinculadas a lo agrario se promueven con visitas al entorno para que los chicos y chicas conozcan la realidad mediante la experiencia y fortaleciendo las actividades familiares.
La visita de los docentes a las familias es una de las herramientas para conocer sus realidades, el lugar donde viven y plantear proyectos de desarrollo para potenciarlas.
El objetivo principal es el desarrollo de estas pequeñas comunidades y su promoción.
Es un círculo virtuoso: a través del desarrollo de cada familia se desarrolla también el entorno donde viven.
“En estas visitas surgen ideas, necesidades y proyectos que se busca encauzar y gestionar para llevarlos adelante. Nos encontramos con familias que no tenían luz y se trabajó para conseguir que tuvieran un molino eólico que les generase energía eléctrica. En comunidades que tenían necesidades de agua potable se aceleró el camino para que tengan una planta de ósmosis inversa”, dijo.
“La idea de la carrera es decir ‘Acá estamos, somos nosotros, trabajamos en el territorio, tenemos necesidades. Somos una escuela abierta que está luchando’”, dijo. (La Nueva.). (11-06-22).