Bernardo Blázquez: “Creo que Raúl Reyes merece una reelección”
POR PABLO JAVIER MARCÓ
-¿Por qué comenzaste a militar en la UCR?
-Mi primer contacto que recuerdo con la Unión Cívica Radical fue cuando era muy chico, aproximadamente a los seis o siete años, en el comité de la Avenida, por entonces Roca. Recuerdo haber visto un cuadro de Maciel en una pared, cuadro que aún hoy sigue colgado en esa pared. Después, mi abuelo Oscar, Lucho, como le decían los suyos, en las larguísimas sobremesas en su casa, se encargó de explicarme con lujo de detalles quién era esa persona que estaba en el cuadro, qué era el radicalismo y cuál era la lucha por la defensa de los derechos civiles que tenían como premisa.
Siempre digo que no fue intencionalmente, pero él fue sembrando la semilla del radicalismo y el amor por la militancia, ya que recuerdo haber salido a militar, ya con 12 años, para la campaña del ballotage Crego-Gagna del 2003, saliendo a hablar con los afiliados los domingos a la mañana, e, incluso, pelearme en el colegio con algún que otro compañero peronista. No sé si existe un por qué, la realidad es que simplemente comencé a hacerlo porque me gustaba acompañar a mi abuelo, hacer lo que él hacía. Para mí era algo absolutamente normal, no me daba cuenta de que me estaba involucrando políticamente.
El click definitivo lo hice un día en su casa, con 17 años, viendo un documental de Felipe Pigna que hablaba de Irigoyen. Ahí me di cuenta de que quería ser radical. Después fui conociendo la mística y la historia del partido, que me terminaron atrapando muy de a poco.
Después de un tiempo, junto a un grupo de chicos, recuerdo al Colo Ripoll y Johana Estebanéz, armamos una agrupación interna que terminó siendo la Juventud Radical orgánica de Coronel Dorrego. Allí, inició institucionalmente esta marcha que hasta el día de hoy me tiene presente.
-¿Cómo tomaste en su momento la alianza electoral con el PRO y qué balance hacés a más de 3 años de su conformación?
-Creo que es de público conocimiento cuál fue mi postura, porque de La Dorrego subieron mis twits durante la Convención de Gualeguaychú de 2015. En ese momento veníamos de haber presentado hacía escasos meses el Frente Amplio UNEN, y la mayoría de los jóvenes radicales, tanto de JR como de la Franja Morada, estábamos absolutamente entusiasmados por la propuesta ideológica que nos daba ese espacio. Ni bien se oficializa ese frente, que fue después del gran caudal de votos que se consiguió en las elecciones legislativas de 2013, donde el radicalismo y todos sus aliados quedaron 900.000 votos por debajo del kirchnerismo, Gerardo Morales se sacó una foto con Massa y Carrió por los medios de comunicación y empezó a dinamitarlo. Si nos ponemos en contexto, con la energía y el idealismo que manejábamos en ese entonces, no resulta extraño que hayamos salido a criticar a los que querían jugar con Massa o irse con el PRO. Veíamos falta de organicidad.
Ya con el FAUNEN debilitado, sin Carrió, con la pérdida de credibilidad y prestigio de muchos de los actores de ese frente, llegamos a la Convención de Gualeguaychú. Los jóvenes queríamos que los aliados sean los que habíamos tenido hasta hace poco, y la verdad que estar con el PRO no nos hacía mucha gracia. Pero, justamente, se hizo algo que no se hace mucho, o directamente no se hace, en ningún partido político argentino, se convocó al órgano máximo de representación interna, y durante toda una noche tuvimos a un país pendiente de nuestro debate democrático. La posición de ir con los restos de UNEN, perdió, aunque bien también esa posición planteaba ir a las PASO contra el Frente Renovador y el PRO. Quienes somos radicales militantes de partido, acatamos la decisión de la Convención. Otros pegaron el portazo, y otros, con una posición respetable, se quedaron en silencio sin atacar al radicalismo.
-¿Qué balance hacés de los gobiernos de Vidal y de Macri?
-Creo que no se puede analizar a ambos gobiernos con la misma vara. Hay que partir de la base que el gobierno nacional no es un gobierno de coalición, ya que la fórmula la conforman dos personas del mismo partido, y donde la mesa chica la integra Ernesto Sanz, quien ya no integra los órganos de conducción de la UCR. Lo que veo en el gobierno del presidente es, por un lado, que de cierta manera se ha reencauzado institucionalmente la democracia, porque veo debate en el Congreso, y, además, una vida partidaria sin desprestigio para con ningún sector, sea oficialismo u oposición, que es un poco lo que venía perdiéndose en Argentina, que, para mí, iba camino hacia una ideología de Estado que no toleraba discrepancias.
Por otro lado, lo que veo es una falta de política hacia el adentro del frente de Gobierno. Creo que las decisiones son pensadas por pocas cabezas y el radicalismo rara vez es consultado. Si ocurriese lo contrario estoy convencido de que los errores del Poder Ejecutivo Nacional serían muchísimo menos.
En el caso de la Provincia de Buenos Aires, veo un gobierno que está ponderando a la Provincia y que escucha para adentro y para afuera, ya que veníamos de ocho años de desgobierno de parte de Daniel Scioli y hoy hemos dejado de ser cautivos los bonaerenses de la interna del peronismo. Si buscaría una solución al conflicto docente, que creo que debería llegar un acuerdo, confío en la sapiencia del gobierno provincial, sobre todo en Daniel Salvador, que bien nos está representado a todos los radicales.
-¿Raúl Reyes merece la reelección en Dorrego?
-Veo en Raúl un dirigente que tiene una gran virtud, tiene tiempo para escuchar. Escucha a todos, tengan lo que tengan que decirle. Él hace que todos los que están a su alrededor se sientan importantes, independientemente de su tarea.
Otra gran cualidad que posee es el respeto por el militante y por la militancia radical. Nunca ha fallado a ninguna convocatoria que le hemos hecho desde la Juventud Radical, y siempre pondera el lugar de los dirigentes juveniles.
Creo que sí, merece una reelección. Por las cualidades que nombré anteriormente, y porque también es un dirigente de porte, que reúne cualidades de nuestros intendentes anteriores, como la habilidad de Osvaldo Crego y el carisma de Fabián Zorzano, dando claramente a su gobierno una impronta totalmente diferente, porque también la Provincia vive un momento distinto, en el que se premia a los que hacen las cosas bien, no a los que son amigos, y ahí es donde Reyes puede potenciar sus aptitudes.
-¿Te gustaría militar activamente en la política local y llegar, por ejemplo, al Concejo o al Ejecutivo en algún momento?
-Sin dudas. En quien ha elegido consagrar su vida a hacer política despierta en algún momento una vocación de poder. Mi intención es hacer política por muchos años más. Y como radical y dorreguense, quiero representar a mi partido en algún organismo de poder de nuestro distrito. Hablar específicamente de un cargo, sea en el Ejecutivo o el legislativo, tal vez sea demasiado pronto, lo que sí puedo afirmar es que milito día a día y me formo para ello. El resto no va a ser una decisión exclusivamente mía, tal vez me toque, tal vez no, en la política nada está dicho de antemano, pero en caso de que suceda, quiero estar preparado y a la altura.
-Si hubieras sido legislador, qué hubieras votado en relación el nuevo rol de las Fuerzas Armadas o del acuerdo con el FMI?
-Respecto al rol de las FFAA, me pliego a las palabras del diputado nacional Carlos Fernández y del concejal Luciano Ripoll, y digo que hubiese votado a favor, sin dudas. Porque más allá de que se buscó instalar un relato catastrófico de tiempos dictatoriales, no dejó de ser más que eso, un relato, una construcción simbólica con un objetivo claro: horadar el consenso del gobierno apelando a elementos que a los oídos de la gente. Es parte de una estrategia integral del populismo, al cual no lo menciono de manera peyorativa, sino más bien de la manera más objetiva posible, porque es bien sabido que sobre ello teorizaron Ernesto Laclau y sigue haciéndolo su esposa Chantall Mouffe.
El nuevo decreto es volver a la naturaleza de la ley original de la primavera democrática, donde se hablaba de una posibilidad de accionar de las FFAA ante un ataque exterior, no ante un ataque de un Estado. Hoy contamos con una fuerza ociosa, y con la negativa de una hipótesis de conflicto en por lo menos los próximos 25 años. Que esos efectivos puedan vigilar nuestras fronteras me parece lícito. Nada más lejos de aquellos que hablan de una posible conformación de un partido militar o una supuesta interrupción democrática.
Respecto al FMI, me hubiera gustado no tener que llegar a esa instancia. Tal vez me hubiese gustado que todo el dinero que entró en nuestro país durante el final del gobierno Néstor Kirchner y el primero de Cristina Fernández no hubiera sido utilizado para crear clientela, sino más bien que se haya invertido. Que no haya existido despilfarro en la obra pública y que hubiese vuelto al pueblo. Seguramente me hubiese sentido en un conflicto interno muy importante, porque ese organismo de cambio no me inspira confianza, pero la realidad es que se quiso cambiar la imagen ante el mundo para que lleguen las inversiones externas y no terminaron llegando.
Tal vez se hayan agotado todas las instancias previas, pero la realidad es que sin una entrada de liquidez la Nación se las hubiera visto muy feas.
-¿Debe ir con candidato a gobernador y presidente propios la UCR el año que viene?
-Ir con candidato propio por el simple hecho de ser el soldado más valiente no sirve. El soldado más valiente es ese que se queda solo en la trinchera mientras se llena de agua y se le terminan pudriendo las botas. Eso lo aprendí charlando con Juan Pablo Baylac, a quien muchos lo critican, pero más de uno debería sentarse a aprender un poco de él. La estrategia del partido tiene que ser a largo plazo, porque el radicalismo viene de una crisis de conducción y de organización de más de 15 años que no podemos pretender revertir en 3.
-¿La UCR tiene que conducir el frente que hoy integra?
-Sin dudas digo que sí, tenemos los elementos para hacerlo, la cuestión pasa por una cuestión más que nada de mentalidad. El radical debe empezar a mirar para adelante, usar la historia como punto de partida, no como ancla o punto de llegada; y por el otro lado, debe generar una mayor cohesión. El radicalismo aún está sufriendo los efectos de la crisis de partidos del 2001, donde terminó siendo un gran cúmulo de vecinalismos. Para tener los candidatos tiene que superar eso. Si logra hacerlo de cara al año que viene, genial. Pero aún hay mucho camino por delante, estamos en proceso. Lo que sí contamos con una cantera dirigencial juvenil en la JR y en la Franja Morada que nos garantiza una vida más allá del presente, de los cuadros surgidos de estas filas hoy será esa responsabilidad que en muchos casos ya se está viendo.
FUENTE: ECOS DE MI CIUDAD